martes, 1 de septiembre de 2009

Adicción a la Tecnología Celular

Por: Marlo De León P.
Periodista


Es complicado enterarse de que existen varios tipos de adicciones y que en ocasiones manejan nuestra vida y el entorno donde nos desarrollamos cotidianamente. Algunas afirmaciones propuestas por investigadores y terapeutas provocan impacto al declarar que todos somos adictos de alguna manera u otra.

Según el reconocido psicólogo John Bradshaw, especialista en problemas de conducta, los objetos también pueden crear adicciones. “El dinero es la ‘cosa’ más común, sin embargo, cualquier objeto puede convertirse en preocupación y por lo tanto, en una fuente de alteración del humor. Todas las adicciones tienen un componente racional que se llama obsesión”.

En su Crítica de la Economía Política del Signo, Jean Baudrillard sociólogo francés, se refiere que estos comportamientos se deben a una obsesión de poder, en algunos casos clasicistas: “... nunca consumimos un objeto por sí mismo o por su valor de uso, sino en razón de su ‘valor de cambio’, es decir, en razón del prestigio, del estatus y del rango social que confiere. Por encima de la satisfacción espontánea de las necesidades, hay que reconocer en el consumo un instrumento de la jerarquía social y en los objetos un ámbito de producción social de diferencia y valores clasistas. En resumidas cuentas, no es lo mismo tener un Motorola que un Blackberry aunque nunca utilice el 90% de sus funciones de este último. La cuestión es tenerlo y estar a la moda para verse diferente sin importar el precio.

Actualmente existen los correos electrónicos, los mensajes de textos (SMS), chat, redes sociales, etc. Todo un conjunto de tecnología informática enlatada. Pero aún así, no podemos restar la importancia de la fluidez de la información en los negocios o en caso de una urgencia familiar si la utilizamos con sentido común. Pero imagínese estar reunido con otra persona participando de una charla particular o de negocios cuando sucede lo inesperado, suena un timbrazo y su acompañante muestra un reluciente Blackberry y comienza el maratónico trabajo de los pulgares a enviar y recibir información. Usted queda relegado a un segundo plano mientras el tiempo desaparece el hilo de la conversación que tenían. ¿Serán todas las llamadas, chat o SMS importantes que interrumpimos una misma conversación varias veces? ¿No les parece algo absurdo?

Nos concentramos tantos en atender el Blackberry y otros dispositivos similares que parecemos sonámbulos en espera de algún chat, un SMS, el saludo del familiar en Facebook o las últimas actualizaciones de Twitter. No sólo en las escuelas, iglesias, buses, cines, reuniones de negocios se ven adictos a la conexión virtual en línea todo el tiempo. Estas almorzando y entre bocado y bocado te la pasas mirando ansiosamente la pantalla de tu aparato para contestar lo que sea. En las universidades los estudiantes no paran de teclear y pasarse mensajes sosos aún a sabiendas que la otra persona está en la misma aula de clases. ¿No sería más sabio conversar directamente en un intermedio?

Ya la humanidad perdió el arte de la caligrafía por culpa de la computadora y ahora estamos a un paso de perder la comunicación común y corriente. La comunicación verbal y no verbal es esencial para el desarrollo de las relaciones interpersonales pero sustituirlas virtualmente crearía un cambio de conductas tan negativas como destructivas de las relaciones familiares, sociales y laborales.

Por el bien de usted y de su familia, imponga a todos que apaguen sus celulares al momento de sentarse a la mesa ya que puede ser el único instante del día para compartir de un agradable desayuno, almuerzo o cena. Si debe almorzar cerca de su trabajo, apague el suyo también y coma tranquilo, su aparato digestivo se lo agradecerá. En reuniones de trabajo, el moderador o conductor debe exigir apagar los celulares y agendas electrónicas para evitar interrupciones y lograr el éxito de la reunión. Y si va al baño ni se le ocurra llevar el aparatito ya que corre el riesgo de que a media faena reciba varias llamada, SMS o chats simultáneamente y pueda quedar en el hospital por atoramiento tecnológico, mejor lea una revista.

2 comentarios:

  1. De verdad que es preocupante ver como abusamos de la tecnologia, y esto no es solo una obsesion de poder o consumismo, también es un medio que las personas buscan para ocultar sus problemas de baja autoestima y de relacionarse con los demás.

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  2. Esta es su experiencia? Usted práctica estas sugerencias?

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